Hoy he querido invitar al blog a mi querida Susana, del blog Libera tu Wanderlust. Nos conocimos hace un año en mi III Expedición al Desierto y desde entonces hemos mantenido una relación muy especial entre ambos.
Por aquellas fechas se encontraba en un momento clave en su vida. El cambio era inminente. Su sueño de viajar por el mundo sin billete de vuelta era más poderoso que nunca y se acercaba la hora de vivir una de las mayores transformaciones de su vida, dejando un trabajo que hacía años que no le hacía feliz para apostar por una nueva vida mucho más alineada con sus valores, sus sueños y con quien realmente es.
Todos los que conocemos a Susana sabemos de primera mano su potencial, sus ganas de cambio y de VIVIR con mayúsculas. Todo un ejemplo para quienes se encuentran en una situación parecida y necesitan de un buen chute de inspiración para agarrar las riendas de sus vidas con más fuerza que nunca.
¡Disfruta de la lectura

El miedo, siempre es el miedo.
El que te frena, el que te paraliza, el que te mete ideas erróneas en la cabeza para que dejes las cosas tal y como están… ¡Maldito miedo!
Pero, ¿y si te dijera que este miedo puede llegar a convertirse en tu mejor aliado?
A estas alturas ya habrás oído hablar mil veces de la importancia de salir de tu zona de confort, pero ¿lo has probado?
Hace apenas unos meses yo era una persona con una vida completamente diferente. Tenía un buen trabajo en un Ayuntamiento y estabilidad económica, pero también tenía la sensación de estar tirando mi vida a la basura. Estaba amargada. Soñaba con ser libre para viajar y llevar un estilo de vida completamente diferente al de los últimos años, lejos de horarios predeterminados y las cuatro paredes de mi oficina.
Pero, ¿cómo salir de eso después de tanto tiempo?
Índice de contenidos
Reinventarse o morir
Ahora soy una persona libre. Viajo sin plan establecido y sin billete de vuelta mientras desarrollo mi proyecto con el objetivo de seguir viviendo fiel a mis principios y valores gracias a este nuevo estivo de vida por el que he apostado.
Pero esto no siempre ha sido así.
En 2007 me diplomé como Técnico de Turismo y apenas dos meses más tarde empecé a trabajar como tal en un Ayuntamiento de un pueblo bastante cercano a mi ciudad. El panorama era esperanzador. Tenía un sueldo a final de mes y la posibilidad de convertirme algún día en funcionaria.
Sin embargo, la realidad pronto empezó a dejarse ver.
Aquello de estudia, trabaja y conviértete en alguien de provecho en esta vida, no estaba hecho para mí. Y no será por que lo no lo intentara… 11 años estuve esforzándome en pertenecer a ese patrón de éxito establecido. Sin embargo, siempre he sido un bicho raro e inconformista. Por mucho que me esforzara, ese mundo no era para mí. Me sentía estancada, incompleta y con siempre la misma idea rodando en mi cabeza: la vida tiene que ser algo más.
Viajar siempre ha sido clave para mí y mi desarrollo personal, siempre ha sido la forma de conectar conmigo misma. Cuanto más viajaba, más me grande se hacía algo dentro de mí que me hacía ver que ahí es cuando realmente me siento viva. Cada vez me costaba más volver y enfrentarme a la rutina. Cada día lo veía más claro, necesitaba un cambio urgente. Estaba malgastando los mejores años de mi vida, unos años que jamás volvería a tener la oportunidad de vivir. Estaba echándolos a perder siendo una persona gris, triste, un zombie.
¿A qué estaba esperando? Quería VIVIR.
Por desgracia, las mismas veces que aparecía esta idea en mi cabeza, también aparecían mil excusas intentando esconderla.

El miedo y sus mil caras
¿Y si nunca encuentro mi camino? ¿Podré viajar tanto tiempo sola? ¿Y si me quedo sin dinero? ¿Y si me toca volver y no encuentro trabajo? ¿Qué pensará de mí la gente? Bueno bueno… infinidad de preguntas absurdas que te lanza el subconsciente para intentar ganar la batalla de la comodidad cuando intentas salir de tu zona de confort.
El maldito el miedo. No me atrevía a dar el paso. Me daba miedo perder algo que ya tenía seguro, apostar por algo nuevo y fracasar. Me sentía perdida porque no sabía qué quería hacer exactamente con mi vida. No confiaba en mis posibilidades y me preocupaba qué diría de mí la gente.
El miedo nos impide tomar las decisiones correctas. Pero con el tiempo, aprendí que tener miedo es completamente normal y que, al contrario de lo que se suele pensar, tener miedo es bueno. Nos indica que estamos en el camino correcto, porque cuando algo te da miedo es porque realmente te importa.
Me di cuenta de que cada gran paso que había dado en mi vida lo había conseguido gracias a superar un miedo. Así que empecé a pensar de qué forma podría plantarle cara a estos miedos, era el momento de pasar a la acción.
Lo más importante cuando te enfrentas a tus miedos es la actitud. Si les das más poder del que deberían tener, estás perdido. Si los aceptas, incluso puedes llegar a hacer de ellos algo positivo. La oportunidad de cambio no te va a llegar mientras te lamentas desde el sofá de tu casa. Deja atrás el victimismo y convierte lo que te frena en oportunidades de crecimiento personal. Si quieres resultados distintos, actúa distinto.

Cómo salir del modo “piloto automático”
Olvídate del “es lo que toca”, del perfeccionismo y del intentar no defraudar a nadie. Escúchate a ti mismo, que nadie te diga qué hacer. Ser libre significa tomar tus propias decisiones, ser 100% uno mismo sin depender de otros o del qué dirán. Escucha tu voz, encuentra tu objetivo y ve a por tu libertad. Tómate un año sabático, pide una excedencia, deja tu trabajo... Simplemente haz aquello que llevas tanto tiempo deseando hacer, ¡sea lo que sea!
Lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo, pero si das los pasos adecuados poco a poco el cambio se convertirá en una realidad sin que te des cuenta.
- Saca de tu vida todo aquello que te frena y mete todo lo que de alguna manera te acerque a la vida que quieres conseguir. Yo saqué de mi vida a muchas personas tóxicas y cambié por completo mis prioridades. Me di cuenta de que en mi día a día perdía mucho tiempo con viejos hábitos que no me estaban llevando a ninguna parte.
- Busca la inspiración. Yo empecé a ir a todos los eventos sobre viajes que encontraba y a leer las historias de otros viajeros para que me sirvieran de motivación. Si ellos habían podido cambiar sus vidas, ¿por qué yo iba a ser diferente?
- Sal de tu zona de confort. Ponte a prueba superando alguno de tu miedos para seguir creciendo a nivel personal y coger fuerza. Yo empecé a formarme para crear mi propio blog y así poder conectar con personas más afines. Y además, me animé a probar nuevas experiencias como viajar sola o viajar en grupo hacia lo desconocido en la Expedición al Desierto que organiza Oliver.

Así es como conocí a Oliver y a un grupo de personas maravillosas, que desde el minuto uno creyeron en mí y me enseñaron que querer es poder. Todos somos ejemplos de superación en algún momento de nuestras vidas. Todos hemos salido adelante en determinadas situaciones que no nos han resultado sencillas. Compartir aventuras y experiencias crea un vínculo mágico con el grupo. Una energía que, sumada a la gran lección que me enseñó el desierto, hicieron de mí una persona diferente.
La Expedición marcó un antes y un después en mi vida. Fue allí donde por primera vez empecé a pensar en el cambio como algo posible y no solo un sueño. Aquello que llevaba años rodando en mi cabeza de repente era una posibilidad, sólo me faltaba llevarla a cabo.
Un mes más tarde, después de 11 años encerrada en mi propia rutina, un día me sorprendí hablando con mi jefa diciéndole que me iba. No fue algo planificado ni mucho menos, simplemente surgió. Después de una reunión importante en la que estábamos planificando los próximos meses de trabajo me di cuenta de que no quería estar ahí y sin pensarlo dos veces lo dije en voz alta. ¡Algo totalmente impensable hace un año! Poco después era libre, me despedí de mi gente, preparé la mochila y empecé mi gran viaje sin billete de vuelta.
No fue fácil dar el paso, pero no hay día que no me de las gracias por haberlo hecho. Soy libre, hago lo que quiero y cuando quiero. Por fin estoy haciendo eso que llevaba tantos años soñando. Por fin estoy VIVIENDO.
¡Y por cierto! Estar viajando por Tailandia me dio la oportunidad de unirme también a la Expedición a la Selva y repetir la magnífica experiencia. Nuevo grupo, nuevas personas, pero la misma magia.

Utopía o realidad
No es un proceso fácil ni rápido, pero sí una realidad si estás dispuesto a pagar el precio por comprobarlo. Te aseguro que el camino es muy gratificante y está lleno de recompensas. En mi post la liberación de un cambio de vida hablo al detalle de las fases por las que yo pasé. Leerlo tal vez te ayude, siempre reconforta descubrir que hay más personas pasando por tu misma situación que entienden a la perfección cómo te sientes.
Porque no, no eres un bicho raro por buscar algo diferente, ni esto es una utopía que nos quieren vender a los millennials. Años antes mi padre decidió arriesgar y luchó para sacar adelante su propia empresa mientras esperaban su tercera hija (yo). Y aún antes mis abuelos abandonaron su querida Murcia en busca de una vida más próspera en Valencia. Generaciones diferentes y personas diferentes, pero todos con algo en común. Todos tenemos un sueño y todos deberíamos luchar por conseguirlo
En esta vida quien no arriesga no gana. A veces es necesario hacer un all in, jugársela a todo o nada y confiar. Si crees en ti y luchas por vivir la vida que quieres vivir, todo llegará. Simplemente hay que seguir nuestro instinto y dejarse llevar. Poco a poco la vida nos irá abriendo el camino y nos ayudará a ver qué queremos.
Si aún te queda alguna duda, mira a los ojos de la persona que lo esté intentando y dime qué ves. Esa luz, esa felicidad, esa euforia y a la vez esa sensación de paz y felicidad que transmiten no deja indiferente a nadie. No hay mayor motivación que esa, decidir que tú también quieres esa luz. Y si otros pueden, tú también puedes.

Conclusión
¡Ya ves! Resulta que el cambio es posible. Solo tienes que estar dispuesto a intentarlo. No es cuestión de tomar una decisión y ya está, es cuestión de cambiar de actitud y pasar a la acción. De luchar cada día para no volver a cometer antiguos errores, y de entender que, muchas veces, somos nosotros mismos nuestro peor enemigo. Los límites nos los ponemos nosotros mismos. Y si algo me ha enseñado la familia Marfil es que con la actitud correcta en esta vida podemos conseguirlo TODO.
¡Es tu turno!
Recuerda:
- El cambio es posible. Aunque nadie dice que sea fácil, ni rápido. Como todo en esta vida es cuestión de tiempo y empeño. ¿O a caso naciste sabiendo hacer algo ahora tan básico como andar o conducir?
- Al contrario de lo que puede parecer, lo más importante no es el resultado final, sino la transformación que vas experimentando por el camino. Tu evolución personal.
- Es normal sentirse inseguro ante la idea. La incertidumbre es horrorosa, lo sé bien. Es el último intento de tu cerebro intentando que dejes las cosas tal y como están.
Si has leído esto y te resuena, enhorabuena. Lo más difícil ya lo has conseguido, has sido capaz de salir del modo zombie y reconocer que quieres mejorar. Ahora lánzate y apuesta por ti, con las herramientas adecuadas tú también puedes conseguirlo.
6 claves para el cambio
En mi caso, 6 herramientas fueron las claves para convertir el cambio en una realidad y me gustaría compartirlas contigo. Estoy segura de que te van a ser muy útiles porque tienen mucho que ver con todo lo que hemos estado hablando. Las he recopilado todas en un guía práctica donde, además de hablarte más detalladamente de cada uno de estos puntos, te propongo unos ejercicios para que le des vueltas al coco y descubras qué es lo que realmente te frena y te animes a dar el paso al cambio.
6 CLAVES PARA EL CAMBIO, guía práctica para pasar a la acción y vivir la vida que quieres vivir.
Gracias a ellas, yo he pasado de estar 11 años encerrada en una rutina continua con un trabajo que no me gustaba a estar viajando por el sudeste asiático sin billete de vuelta mientras trabajo en mi propio proyecto ayudando a otras personas a dar el paso. Hoy te escribo estas líneas desde Chiang Mai, Tailandia.
¿Qué me dices?, ¿te atreves a descubrirlas?
Que tus sueños sean más fuertes que tus miedos.
10 comments