Índice de contenidos
Cómo pasé dos semanas gratis en una isla paradisíaca de Tailandia
No tengo dinero, o viajar es demasiado caro, suelen ser algunas de las excusas que más oigo repetir a mis lectores.
Los medios de comunicación y la gente a tu alrededor te han estado vendiendo que esos grandes viajes con los que sueñas solo están al alcance de millonarios o suertudos de la vida a quienes ha tocado la lotería.
Hoy quiero contarte cómo gracias al tiempo y a sacar jugo a mi ingenio logré pasar dos semanas en una isla paradisíaca de Tailandia sin pagar un solo euro baht por el alojamiento.
Te contaré el secreto que nos permitió, a mi pareja y a mí, ahorrarnos hasta 200 euros en un par de semanas gracias a identificar y aprovechar las oportunidades que el viaje nos presentó.
Sigue leyendo porque en las próximas líneas voy a romper con todos estos prejuicios viajeros y voy a enseñarte cómo tú también puedes igualar e incluso superar mi jugada.
O si lo prefieres también puedes ver el vídeo
Punto de partida: ¿Qué estás buscando?
Si no sabes hacia dónde vas, ¿cómo sabrás cuándo has llegado?
No tiene sentido decir cuánto dinero necesitas para tu viaje si no sabes en qué vas a gastarlo, ¿verdad?
Partiendo de esta idea, Mariona y yo identificamos una serie de necesidades que surgieron durante nuestro viaje de dos meses por Tailandia:
- Viajábamos sin prisa. Llevábamos nuestro negocio a cuestas y no nos importaba pasar una o dos semanas en un mismo lugar alternando entre ocio y trabajo.
- Buena conexión a Internet. Allá donde fuésemos dependíamos de una conexión Wifi decente. Sobre todo yo, que cada dos días tenía que subir un nuevo vídeo del viaje a mi canal de Youtube.
- Islas paradisíacas. Teníamos claro que necesitábamos establecernos unas semanas para sacar el curro acumulado adelante. ¿Y qué mejor oficina que alguna de las idílicas islas tailandesas?
- Levantarse cada día y ver el mar. Nuestro bungalow soñado no solo debía estar literalmente en la playa. Teníamos que despertar, abrir la puerta y caer al agua.
- Nuestro presupuesto era limitado. Nuestro gasto medio en alojamiento era de unos 5 euros por persona y noche. Esto dificultaba la tarea de encontrar un bungalow que cumpliera dichos requisitos a precio mochilero.
Teniendo en mente nuestras condiciones, Mariona y yo llegamos a la isla de Ko Pha Ngan, al sudeste de Tailandia, con el principal objetivo de encontrar la playa y el bungalow perfectos.
Es decir, la playa y bungalow que mejor se adaptara a cada una de nuestras necesidades previamente identificadas.
Era el momento de ponerse manos a la obra.
Abrimos la app de Booking y segundos más tarde teníamos en pantalla decenas de potenciales candidatos.
Emprendimos nuestra búsqueda en la cara norte de la isla, donde según las opiniones de otros viajeros se encontraban las playas más increíbles.
Con una lista de posibles alojamientos candidatos, empezamos a recorrer playas y bungalows visitando instalaciones y regateando precios.
Tras toda una mañana de ruta costera decidimos instalarnos, al menos por esa noche, en el hotel que más nos había convencido hasta el momento.
Por la tarde alquilamos unas motos para explorar zonas más alejadas de la isla y continuar así con nuestra búsqueda del bungalow perfecto.
Pero un giro dramático de los acontecimientos provocó que Mariona y yo sufriésemos un accidente de moto, viéndonos obligados a abortar misión y mudarnos a un resort que se encontraba a 5 minutos caminando del hospital al que, a partir de ahora, tendríamos que desplazarnos diariamente para curar las heridas que nos habíamos hecho.
Como no quiero entretenerme demasiado en este punto, te invito a que hagas una pausa y veas el vlog que publiqué en mi canal sobre aquella intrépida mañana e inesperado accidente de moto:
Mariona y yo nos encontrábamos en aquel bungalow ubicado a pocos metros del hospital.
Nos quedamos flipando cuando vimos que aquel hotel/resort era el lugar que estábamos buscando, desarrollándose aquí una de las paradojas más curiosas de la aventura:
¿O sí? ¡Nunca lo sabremos!
Tu propuesta de valor
Nuestras necesidades de alojamiento se reducían a los puntos que acabo de mencionar, por lo que una habitación y baño limpios, un ventilador, Internet aceptable y un espacio cómodo para trabajar, eran más que suficientes.
Una vez cubierto esto, cuanto más reducido fuese el gasto, mayor presupuesto contaríamos para invertir en otras actividades o en caprichos gastronómicos (sí, probar todo tipo de comida y hacerlo en la calle es siempre una de mis mayores preferencias en todo viaje, jaja)
Y es aquí donde el ingenio hace acto de presencia.
Nuestro lema era bien claro: “Cuanto más ahorremos en necesidades menos prioritarias, mayor inversión podremos hacer en aquello que más nos importaba”
¿Pero qué propuesta podíamos hacerle a aquel resort para convencerles de pasar dos semanas sin tener que pagar alojamiento?
Vayamos por partes:
Descubre tu potencial
Si no puedes o no te interesa emplear tu dinero como moneda de cambio, no te queda otra que ofrecer tu tiempo.
Pero con tu mera presencia estática no creo que logres llegar a ningún acuerdo con nadie. Necesitas explotar lo más valioso que tienes: tus conocimientos y habilidades.
Así que, al igual que hicimos Mariona y yo, te invito a que hagas una lista con tus potenciales habilidades.
Me da igual si son o no relevantes para la persona o entidad con quien pretendes colaborar. Lo primero es conocer todo el abanico de posibilidades, para luego desenvainar el arma que más se adapte a cada combate.
(Ostia, qué intenso me ha quedado esto. ¿Me estará afectando Juego de Tronos más de la cuenta?)
Como referencia, te dejo algunos ejemplos de habilidades que Mariona y yo añadimos a nuestra lista:
- Grabación y edición de vídeo
- Fotografía
- Gestión de redes sociales
- Marketing Online
- Edición y revisión de textos
- Redacción de contenidos
- Experiencia en el sector turístico
- Organización de eventos y viajes en grupo
- Dominio de idiomas: inglés, francés, italiano, catalán y español
- Etc.
Estos son solo unos pocos ejemplos para que te hagas una idea de lo que estamos buscando.
Como he comentado, no descartes ninguna posibilidad. Si se te da bien la carpintería, la cocina o las manualidades, apúntalo.
Y no cometas el error de infravalorarte. La palabra experto para mí no significa tener dos carreras y un master en la materia, sino contar con unos conocimientos superiores a la media y ser capaz aportar valor a quien lo necesite.
Por ejemplo, a los ojos de grandes productores audiovisuales yo sería un mindundi, pero eso no quita que pueda ayudar a alguien que se encuentre unos peldaños por debajo de mi nivel de habilidad.
Me considero un aficionado del mundo audiovisual y me apasiona grabar mis aventuras por el mundo. No considero que haga grandes obras de arte con mis vídeos, pero si hay alguien que está empezando o que ni siquiera se ha planteado la posibilidad de aprender, entonces hay mercado para mí.
Ahora bien.
Si ya has descubierto tus habilidades y colocado tus cartas sobre la mesa, es momento de identificar las debilidades de tu potencial cliente para hacerle una propuesta a medida que no pueda rechazar.
Identifica sus debilidades
El resort a simple vista no tenía pega alguna: piscina impecable, instalaciones casi a estrenar, restaurante con una variedad gastronómica y gusto excelentes.
Sin embargo, tras nuestras dos primeras noches empezamos a identificar ciertas lagunas:
#1.- Debilidad: El servicio, por un lado, dejaba mucho que desear, tanto en recepción como por parte de algunos de sus camareros.
#1.1.- Oportunidad: Podríamos ofrecerles trabajar unas pocas horas al día a cambio de alojamiento y comida.
#2.- Debilidad: Nula actividad en redes sociales. El resort tenía cuentas abiertas en Facebook, Twitter y Youtube. En la primera todavía publicaban alguna foto una vez al mes, pero Twitter y Youtube estaban completamente desiertas.
2.2.- Oportunidad: Presentación de un plan de Social Media y diseño de un calendario editorial, así como mostrarles los beneficios de ser activos en ciertas redes sociales.
3.- Debilidad: Tenían una página web aceptable y fotografías bonitas de las instalaciones, sin embargo, no contaban con material audiovisual alguno que pudieran emplear para promocionar sus servicios.
3.3.- Oportunidad: Creación de una pieza audiovisual de dos minutos que representara un día cualquiera de un turista alojándose en el resort. El vídeo podrían utilizarlo para promoción en redes sociales o como presentación en su página web.
Con esto bien definido, Mariona y yo teníamos medio trabajo hecho.
Elige tu mejor carta
Tres propuestas de valor igualmente válidas pero totalmente diferentes. ¿Con cuál nos quedamos?
-
Trabajar como recepcionista o como camarero
Echar una mano en recepción y en el restaurante habría sido una buena opción de no haber sido porque la idea no nos suponía un gran reto y porque nos habría robado demasiado tiempo. Normalmente, este tipo de intercambios suelen tener unas jornadas no oficiales de 4 – 5 horas diarias.
¡Ah, y estábamos lisiados! Casi se me olvidaba el accidente de moto.
Diseñar un plan de redes sociales estaba bien. Tanto Mariona y yo nos desenvolvemos bien en inglés, pero crear contenidos en un idioma que no es el nuestro siempre conllevaría un plus de dificultad.
-
Vídeo promocional
Crear un vídeo para dar a conocer un servicio era algo que ninguno de los dos habíamos hecho nunca. Sin embargo, en este último año he invertido cientos de horas editando y grabando vídeos para mi canal de Youtube, tanto con mis expediciones en grupo como con Camino Sin Límites, y ahora con mis viajes a Tailandia.
Mariona, además, es técnica en imagen, por lo que teníamos ante nosotros una estupenda oportunidad de crear algo juntos.
En este caso, un vídeo promocional era algo nuevo y retador, ya que la dinámica, tanto de grabación como de edición eran totalmente nuevas para nosotros.
Si conseguíamos crear algo realmente chulo, no solo cobraríamos en alojamiento, sino que contaríamos con una estupenda carta de presentación de cara a futuras colaboraciones.
La decisión estaba tomada.
Tu carta de presentación
Teníamos una propuesta irrechazable.
¿Quién no iba a querer un vídeo filmado por unos clientes, mostrando la realidad que vive un turista cualquiera cuando se aloja en su hotel?
A nosotros nos parecía una idea bestial, pero necesitábamos el visto bueno por parte del potencial interesado.
¿Pero cómo se lo planteamos? Seguramente nadie le había propuesto nada parecido anteriormente, por lo que debíamos estar preparados para posibles negativas.
Acordé cita con la manager del resort y le solté mi discurso:
“Mi pareja y yo estamos buscando un lugar donde instalarnos durante las próximas dos semanas. Ambos cargamos con nuestros respectivos negocios en la mochila, y necesitamos un lugar tranquilo donde poder alternar entre nuestros ratos de ocio y trabajo.
Hemos estado en otros resorts antes de venir, pero desde que llegamos aquí supimos que era el lugar que estábamos buscando.
Profesionalmente gestiono un negocio online, un blog de viajes para ser más concretos, y produzco contenido audiovisual para mi canal de Youtube.
He visto en vuestra web que tenéis fotos muy chulas del resort, pero que no contáis con ningún tipo de vídeo promocional.
¿Creés que podríamos acordar algún tipo de colaboración para poder alojarnos con vosotros durante estas semanas? A cambio podríamos entregaros un vídeo promocional que podáis difundir en redes sociales y utilizar como carta de presentación del resort.
La chica conocía las debilidades de su negocio y la idea pareció no saberle tan mal, así que nos pidió unos minutos para reflexionar y darnos una respuesta:
Al poco regresó colocándonos dos propuestas sobre la mesa:
- Por un lado, recibiríamos un 50% de descuento en el precio de nuestra habitación durante las dos semanas de estancia a cambio de la entrega del vídeo.
- Y, en caso de impresionarle, o como literalmente dijo: “If you wow me”, no solo nos aplicaría el descuento, sino que estábamos invitados a la primera semana de alojamiento.
Que nuestra anfitriona nos planteara dos ofertas no nos asustó. Al contrario, hizo que nuestra motivación y ansias de superación aumentaran.
Sin dudarlo, aceptamos el reto y nos pusimos manos a la obra.
PRO-TIP: Si tienes intención de seguir nuestros pasos, mi consejo es que no hagas tu propuesta nada más llegar al alojamiento. Piensa que no te conocen, ni tú les conoces a ellos, por lo que las probabilidades de que rechacen tu oferta serán mayores.
Por el contrario, piensa en alojarte un par de días y guárdate tu propuesta para cuando generes un poco más de confianza con el staff.
Y si quieres ser más listo que nosotros, anota todos los potenciales candidatos en una lista y empieza a enviar tus propuestas de colaboración por correo electrónico.
A distancia siempre será más fácil recibir una negativa, pero si tienes una buena oferta es muy probable que te den un voto de confianza.
Presentación del trabajo y efecto WOW
Aquellos días no teníamos otra cosa que hacer más que relajarnos, trabajar desde nuestros respectivos ordenadores, y mantenernos ojo avizor de cualquier momento susceptible de grabación.
La elaboración y edición del vídeo no nos tomó más de una hora al día, teniendo el trabajo terminado en poco más de una semana.
La presión y motivación por tener que sorprender a nuestro anfitrión, nos impulsaron a la consecución, e incluso superación, de nuestro reto.
¿Quieres saber lo que sucedió el día que entregamos nuestra pequeña obra de arte?
Descubrí lo que significaba el efecto WOW.
Pero antes te invito a que eches un vistazo al vídeo promocional y juzgues por ti mismo (también puedes copiarnos y replicar la idea en otro alojamiento, feel free!)
Nuestra anfitriona acabó tan encantada con nuestro trabajo que decidió sorprendernos mejorando su oferta inicial.
No solo no pagamos nada por los primeros siete días de alojamiento, sino que nos invitó a las dos semanas que pasamos alojándonos en el resort.
La felicidad y la satisfacción que Mariona y yo sentimos aquel día quedó reflejada en el homenaje que nos pegamos cenando pizza italiana en un restaurante con vistas al mar.
Misión cumplida.
Nos encontrábamos en la otra punta del mundo, perdidos en una playa de Tailandia, felices por todo lo que estábamos viviendo y orgullosos por haber tirado de ingenio y por contar con 200 euros adicionales en nuestro bolsillo.
PRO-TIP: Uno de los principales motivos por los que nuestra anfitriona quedó tan encantada con nuestro trabajo fue que, a diferencia de vídeos promocionales de la competencia, nosotros habíamos plasmado una realidad. No había actores (bueno, sí, nosotros), ni decorados o presentaciones gastronómicas especialmente elaboradas para la ocasión.
Lo que podía verse en el video, era la realidad que nosotros, dos clientes del establecimiento, habíamos interpretado de lo que alojarse en aquel resort significaba.
Conclusiones
Mi intención con este artículo no es otra que presentarte un nueva oportunidad que quizá hasta ahora desconocías.
El dinero es un ingrediente imprescindible en todo viaje, pero eso no significa que sea el más importante ni el que de color a tu plato.
Algo como pasar una quincena de vacaciones en una isla paradisíaca de Tailandia, que mucha gente valoraría como imposible o solo apto para millonarios, acabábamos de convertirlo en nuestra propia realidad gracias al ingenio y a confiar en nuestras capacidades.
Tailandia, en comparación con el nivel de precios al que estamos acostumbrados en occidente, es un país realmente barato y accesible para el bolsillo de cualquiera.
En esta ocasión nos habíamos ahorrado 200 euros que bien significaban poder alargar la estancia en el país o pegarnos algún que otro capricho más adelante.
Pero más allá del dinero, nos quedamos con todo lo que nos llevábamos a casa.
Con haber actuado de forma valiente, salido de nuestra de confort y estado dispuestos a experimentar, pese a desconocer el “cómo”, y a arriesgar sin estar seguros del resultado.
Y es que cuando viajas solo tienes dos opciones:
- Adaptarte a las necesidades de tu viaje:
- Adaptar el viaje a tus necesidades:
Puede parecer lo mismo, pero en nuestro caso fueron las necesidades quienes se adaptaron nuestro viaje.
Y si tú, a diferencia de nosotros, en este momento te encuentras en casa, ya partes con ventaja. Tienes ante ti la oportunidad de adaptar el viaje a tus necesidades, antes siquiera de haber comprado tu billete de avión, y no al contrario.
Existen comunidades como World Packers donde puedes encontrar ofertas de este tipo de intercambios, filtrando tu búsqueda por destinos, tipo de viaje o habilidades.
Pero de esto ya te hablaré en otra ocasión.
Si estás interesado en todo esto de viajar con poco y ahorrar durante tu viaje, puedes continuar tu lectura con este artículo en el que comparto algunas de las formas más populares de viajar sin dinero.
También me encantará conocer tu opinión al respecto. Puedes dejarme un comentario respondiendo a alguna de estas preguntas:
- ¿Alguna vez has intercambiado tu tiempo y tus habilidades a cambio de alojamiento? ¿Cómo fue la experiencia?
- ¿Tienes pensado seguir nuestros pasos en tu próxima aventura? ¿Qué habilidades crees que podrías explotar?
¡Te estaré esperando un poco más abajo!
Pingback: ¡Alarga tu viaje! 30 Efectivas formas de ganar dinero viajando.
Pingback: Así ha sido mi 2017. Qué ha ido bien y mal en un año épico.
Pingback: Cómo encontrar un voluntariado internacional en ONG ’s